Seis meses en capilla. Seis largos meses. Seis meses sin sangre en las rodillas, sin dolor en los tobillos, sin conversaciones intrascendentes. Seis meses sin ese acontecimiento que rompe con la monotonía laboral. Pero hoy, por fin ha llegado el gran día. Por fin ha llegado el día de mi debut en un "equipo" de fútbol en México. Llevaba tres semanas rondando el campo de fútbol esperando que mi "padrino" apareciera por allí, pero por una cosa u otra no llegaba. Hoy por fin ha aparecido y me ha introducido en el grupo.
Como era de esperar he empezado el partido en el banquillo, pero mediada la primera parte me han dado la oportunidad de debutar.
He empezado en la posición de lateral izquierdo. Vuelta a las mariposas en el estómago, una sensación que hacía mucho que no sentía..... Ha terminado la primera parte con un coladero en la pòrtería y un resultado adverso de 6-2. En la segunda mitad me he ofrecido a jugar de portero. Nuevamente vuelta a los orígenes. La remontada no ha sido posible, pero hemos maquillado el resultado. Resultado final 8-6 en contra, y, a pesar de la distancia, he vuelto a escuchar frases conocidas; "podíamos haber ganado....", "tampoco eran tan buenos....".
En fin, se que a muchos todo esto os parecerá exagerado, pero por lo mismo, se que otros muchos me entienden. Por eso, esta entrada va dedicada a todos esos, que como Txemisa, estoy seguro que me comprenden....
Fútbol es fútbol.
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